sábado, 30 de abril de 2016

Cookies de Calabaza.

¿Te he contado que soy fan de la calabaza? Pues soy fan de la calabaza, aquí donde me veis. Me encanta en recetas dulces y saladas, como sustituto de la bechamel para gratinar o como base para hacer unos gofres maravillosos. #CalabazaHacks

Y ahora estarás pensando qué pinta la calabaza en estas cookies, y yo te contesto, confía en mí. La calabaza va a aportar jugosidad y espojosidad a la masa sin necesidad de añadir huevo. Incluso, si consigues un sustituto vegetal de la mantequilla (y no hablo de margarina, hablo de un sustituto con la misma consistencia y punto de fusión de la mantequilla) podrías hacerlas veganas.

En resumen, aquí te traigo el siguiente peldaño en la escalera de la perfección. Unas cookies especiadas, jugosas, blanditas (la cookie siempre blandita, no seca), chocolateadas... ¡Vamos allá!

Cookies recién horneadas.



Lo primero es indicar la fuente de la receta original. La tomé prestada del blog Sally's baking addiction (que es genial para el paladar y terrible para la dieta), que está completamente en inglés, por eso la traduzco aquí.

Antes de nada, necesitas tener puré de calabaza. En los EEUU se dieron cuenta tiempo atrás de que la calabaza es algo genial, y puedes comprar en cualquier supermercado latas de puré de calabaza. Aquí no es el caso, así que hay que hacerlo en casa. No te preocupes, es facilísimo.

Puré de Calabaza 

-Calabaza pelada y cortada en trozos.

Para cocinar la calabaza se pueden utilizar tres métodos distintos:
  • Cocida: en una olla con agua hirviendo deja la calabaza hasta que al pincharla esté blanda. Cuando la saques tienes que escurrirla bien, en un trapo o papel de cocina para eliminar el exceso de agua. Es el método más accesible, pero la calabaza perderá algo de sabor.
  • Horneada: Coloca los trozos de calabaza en una fuente y cúbrela con papel de aluminio. Cocina a 180º hasta que al pincharla esté blanda. Puedes destaparla unos 15 minutos al final para que tome sabor tostado. 
  • Cocida al microondas: para ello necesitarás bolsitas de microondas desechables o una vaporera de silicona. Cocínala durante 5 minutos a máxima potencia, y si aún no está blanda al pincharla vuelve a ponerla por intervalos de dos minutos. No debería tardar más de 10, pero depende del microondas. Es la opción más cómoda. 
Una vez tengas la calabaza cocinada (y escurrida, según el método) solo tendrás que hacerla puré en la batidora (vale tanto de brazo como de vaso) o en el procesador de alimentos. 

-Muchos supermercados venden todo el año bolsas envasadas con calabaza ya cortada y pelada. Es lo más cómodo, pero recuerda que si abres la bolsa tienes que cocinarla toda lo antes posible o se estropeará. Cocinada aguanta algo más de tiempo. 

-Lo que te sobre de esta receta puedes guardarlo en un frasco de cristal en la nevera. Hay un montón de recetas para las que podrás aprovecharlo.

Cookies de Calabaza

-115 gr de mantequilla sin sal.
-50 gr de azúcar moreno.
-100 gr de azúcar blanco.
-1 cucharadita de extracto de vainilla.
-90 gr de puré de calabaza.
-190 gr de harina.
-1 cucharadita de café de sal.
-1 cucharadita de café de levadura.
-1 cucharadita de café de bicarbonato.
-1 cucharadita y media de canela.
-1 cucharadita de café de nuez moscada.
-1 cucharadita de café de jengibre en polvo.
-1 cucharadita de café de clavo molido.
-90 gr de pepitas de chocolate.


En un bol bate la mantequilla derretida y los dos tipos de azúcar hasta que no puedas ver los gránulos del azúcar moreno. Añade la vainilla y el puré de calabaza y sigue batiendo hasta que se incorpore. 

En otro bol mezcla la harina, la sal, la levadura, el bicarbonato y las especias. Ahora agrega los ingredientes húmedos que teníamos en el otro bol y mézclalo todo bien con una espátula, haciendo movimientos envolventes. Por último, añade las pepitas de chocolate y remueve. Es normal que les cueste pegarse a la masa a causa de la mantequilla derretida.

Tapa el bol con film transparente y déjalo reposar en el frigorífico al menos media hora. Este paso es absolutamente imprescindible, no te lo saltes.

Cuando pase el tiempo de reposo, precalienta el horno a 180º y empieza a formar las galletas. Para ello, necesitas una bandeja de horno cubierta con papel de hornear (del encerado, no papel de aluminio), un tapete de silicona (de calidad, que no haga ondas) o un tapete especial para hornear galletas. 

Toma una cucharada de masa aproximadamente por cada galleta y dale forma con las manos. Intenta no toquitear mucho porque si la masa pierde frío empezará a ponerse pegajosa. Intenta que las bolas queden más cilíndricas que redondas, como se ve en la foto, y deja bastante hueco entre unas y otras para que no se peguen. Ahora puedes añadir más pepitas de chocolate por encima si ves que alguna galleta se ha quedado pobre.
Cilindros de masa.
Hornea por unos diez minutos. Lo ideal es que el borde se tueste un poco y el centro quede blandito. No te pases de tiempo porque quemadas tienen un sabor horrible. Una vez fuera del horno, déjalas enfriar al menos 10 minutos antes de manipularlas.

-El tema de usar los dos tipos de azúcar (blanco y moreno) es importante para conseguir la textura y la riqueza de sabor necesarias. No son sustituibles.

-Si no tienes todas las especias, solo con canela también quedarán ricas, pero no tan ricas.

-Las pepitas de chocolate las compro en Mercadona. Es donde más baratas salen, pero también puedes encontrar de la marca Vahiné o incluso de Milka. Utiliza las que prefieras.

-Es importante que las bolas de masa tengan forma cilíndrica porque así nos aseguramos de que el centro de la galleta quede grueso y jugoso. Ni se te ocurra aplastarlas. Si hace mucho calor, es posible que los cilindros empiecen a derrumbarse antes de meterlos al horno. En ese caso, mete la bandeja unos minutos en el frigorífico antes de hornear. Igualmente enfría la masa si sientes que te cuesta manipularla.

-Para mi gusto, las galletas están aún más ricas al día siguiente de haberlas horneado. Puedes guardarlas en una lata o en un tuper para evitar que se sequen mientras las comes. Otra opción es envolver individualmente las que no te vayas a comer al momento en film transparente y congelarlas. Así, cuando te apetezca una solo tendrás que sacarla con tiempo (una hora suele ser suficiente) o meterla unos segundos en el microondas.

Ahora es tu turno. Te aseguro que si las pruebas no te arrepentirás, sobre todo si las acompañas de un buen vaso de té negro chai con leche.



2 comentarios:

  1. ¡Gracias por la receta! Esta semana probaré a hacerlas.... ¡todos a cubierto! Jajaja, un abrazo.

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